La obesidad y el sobrepeso pueden causar padecimientos como diabetes y problemas del corazón y los riñones. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en las últimas tres décadas, la obesidad infantil se ha triplicado en EE. UU., y hoy en día, el país tiene unas de las tasas de obesidad más altas del mundo. Uno de cada seis niños es obeso, y uno de cada tres tiene sobrepeso o es obeso. La obesidad puede dañar casi todos los sistemas del cuerpo de un niño: corazón y pulmones, músculos y huesos, riñones y tubo digestivo, así como las hormonas que controlan el azúcar en sangre y la pubertad. La obesidad infantil también puede provocar estigmatización y depresión.
Las causas principales de la obesidad y el sobrepeso en niños son el consumo de alimentos procesados con altos niveles de azúcar, grasas trans y sal. La falta de actividades físicas, el comportamiento sedentario y la baja forma cardiorrespiratoria son los principales factores que contribuyen a la obesidad infantil. Pero también influyen factores genéticos y hormonales. Los CDC recomiendan una hora diaria de actividad física para niños y adolescentes.
Para ayudar a prevenir el aumento excesivo de peso o mantener un peso saludable, los padres pueden hacer cambios positivos en la vida de los niños, como, por ejemplo: